domingo, 5 de noviembre de 2017

LA PRIMERA MUJER QUE CORRIÓ UNA MARATÓN

TAREA DE 4C
Hola, chicos y chicas.

Todos sabemos que en clase de 4C y también en otros cursos, hay chicas que hacen triatlón y que les gusta correr. 

Pues ¿sabéis una cosa? Que hace unos años las chicas NO podían participar en una maratón (que era una milla y media, unos 2,4 kilómetros)

Aquí tenéis la historia de la primera mujer que corrió una maratón. Tienes que leer la noticia y al final responder a algunas preguntas. 



Se llama Kathrine Switzer.  Nació el 5 de enero de 1947. 

Fue la primera mujer que corrió una maratón, cuando las mujeres tenían prohibido participar. Los hombres pensaban que las mujeres no podían correr una carrera tan larga y dura como una maratón.  Ella cogió su dorsal y, a pesar de los empujones e insultos que recibió, logró terminar la carrera, aunque fue descalificada.

En 2017 Kathrine  volvió a correr. Esta vez sin ningún problema.

Son muchas las mujeres que han tenido que luchar contra las leyes, normas y costumbres de una sociedad machista.




Le hicieron una entrevista a esta mujer. Esto es lo que contó:





Empecé a correr cuando tenía 12 años porque quería ser del equipo de hockey sobre hierba. Mi papá me animó para que corriera una milla al día. Yo era una niña flaca e insegura, y cuando corrí esa milla, aunque nunca entré al equipo de hockey, me convertí en una persona muy activa y con mucha confianza en mí misma. 

Conocí a un hombre, llamado Arnie Briggs, que ayudaba a entrenar en la Universidad de Syracusa (Nueva York), en el equipo de ciclismo de montaña masculino. Yo estaba estudiando en esa Universidad, estudiaba periodismo y literatura inglesa.

Le dije que yo quería correr el maratón de Boston. Y él me dijo sin titubear: "las mujeres no pueden correr el maratón de Boston"






Derechos de autor de la imagenCORTESA DE KATHERINE SWITZER
Image captionDespués de su primer maratón oficial, Switzer se convirtió en un símbolo del atletismo femenino.












Había muchas mujeres que no entendían que ellas tenían la misma capacidad que los hombres para correr largas distancias. En esa época se pensaba que a las mujeres les saldría mucho músculo y que no tenían fuerza suficiente para correr mucho. 
Discutí con Arnie. Y él dijo "Si puedes mostrarme en la práctica que puedes correr la distancia del maratón -26 millas y 385 yardas (algo más de 42 kilómetros)-, seré la primera persona en llevarte"
Y, claro, yo acepté el reto. Un día corrimos 31 millas (49 kilómetros) y cumpliendo su palabra me inscribió a la carrera.
Me dijo: "No hay nada sobre género en el reglamento y no hay nada sobre género en el formulario". Yo le dije: "bien, ok". Pagué los 2 dólares y me inscribí con solo con mis iniciales. Los organizadores supusieron que era un hombre y me dieron el número 261. Fue el 19 de abril de 1967

El gran día del maratón

La mañana del maratón fue increíble. Estaba nevando con un terrible viento de frente. Yo llevaba puesta una bonita camiseta que quería exhibir, pero hacía tanto frío que no fui capaz de quitarme mi pesado chándal  de entrenamiento que llevaba encima. 
Los jueces de la carrera nos acomodaron en la línea de salida, y todo el mundo se veía igual, con esos chándal calientes y anchos, así que nadie se dio cuenta que yo no era un  hombre.
Le dije a Arnie: "Tenías razón, no hay problema". Y él respondió: "Te dije que no habría problema".

La carrera

Las primeras dos millas estuvieron fantásticas. Pero la prensa me vio desde afuera, y se volvieron locos: "¡Una chica en la carrera! ¡Tiene un número!", gritaban. Y también nos tomaban fotos.






Katherine SwitzerDerechos de autor de la imagenCORTESA DE KATHERINE SWITZER
Image captionSwitzer ganó el maratón de Nueva York en 1974, y terminó segunda en el de 1975 de Boston.

Nosotros respondimos saludando con la mano, ya que era simplemente un instante mediático, es decir, un momento importante porque estaban todos los periodistas haciendo fotos.
Pero de repente, escuché detrás de mí el sonido de unos zapatos de cuero, claramente no eran zapatos para trotar. Y vi a este hombre de mirada furiosa.
Fue aterrador. Me tomó por los hombros y me empujó hacia abajo, y trató de quitarme el número del pecho.

"Sal de mi maldita carrera y entrégame esos números", dijo gritando. Y aunque me dio mucho miedo, mi novio y otros corredores le cogieron  y  le empujaron fuera de fuera de la carrera.






Maraton Olímpico
Image captionGracias a la gestión liderada por Switzer, el maraton femenino fue incluido como deporte olímpico.

En algún punto sobre la milla 21, la rabia me dejó algo cansada. Uno no puede correr mucha distancia si está enfadado, es necesario estar tranquilo y controlar la respiración  y la cabeza. 
Le dije a mi entrenador: "Tengo que terminar esta carrera, como sea,  aunque sea gateando sobre mis manos y mis pies, porque si no la termino nadie creerá que las mujeres pueden hacer esto, que las mujeres deben estar aquí".
Después de 4 horas y 20 minutos llegué a la meta. Me descalificaron pero yo terminé la carrera y no me importó. Había conseguido mi propósito. 
Cuando la terminé, sentí que tenía un plan de vida, una meta, un propósito para cumplir. Me sentí plena también porque corrí mi primera maratón bajo las circunstancias más difíciles, y después de eso nada más sería tan duro.
Lo que pasó después






Maraton de BostonDerechos de autor de la imagenCORTESA DE KATHERINE SWITZER
Image captionEl maraton de Boston se corre desde 1897. Es el más antiguo del mundo.



Después gané la  Maratón de Nueva York en 1974 y quedé segunda en la maratón de Boston de 1975 donde logré mi  mejor marca con un tiempo de 2 horas, 51 minutos y 37 segundos.

Organizamos más de 400 carreras en 27 países, y usamos las estadísticas de esos eventos para hacer  fuerza y presionar al Comité Olímpico Internacional, hasta que logramos incluir  el maratón femenino en las competiciones, en 1984.
Desde entonces se supo que también las mujeres podemos hacer cosas igual que los hombres y que con entrenamiento todos somos iguales.



LUEGO RESPONDE ESTAS PREGUNTAS en tu cuaderno de Lengua, copiando los enunciados. 

1- ¿Cuál es tu opinión sobre esta noticia? ¿Te ha sorprendido? 
2- ¿En qué país y en qué ciudad sucedió esta noticia?
3- ¿Qué edad tenía cuando empezó a correr y por qué lo hacía?
4- ¿Cuánto dinero le costó apuntarse a la maratón? ¿Recuerdas sin mirarlo qué número de dorsal llevaba?
5- ¿Por qué nadie se dio cuenta de que era una mujer cuando se inscribió en la maratón?
6- Cuando iba corriendo de pronto sucedió algo. Escuchó ruido de tacones. ¿Qué pasó?
7- Si tardó 4 horas y 20 minutos. ¿Cuántos  minutos en total tardó?
8- ¿Qué consiguió esta mujer que cambiara, en 1984?
9- ¿Cuántos años tendrá ahora? (pista: el dato viene al principio del texto)
10- El 19 de abril de 2020 se cumple el aniversario. ¿Cuántos años han pasado desde que Kathrine corrió en esa maratón? 


Ahora puedes ver el vídeo en el que Kathrine cuenta todo.


sábado, 27 de mayo de 2017

JUSTOS DE LAS NACIONES


Los Justos de las Naciones se merecían una entrada en este blog dedicado a biografías de personalidades importantes. Son muchos, de todas las nacionalidades, de diversa procedencia, de multitud de profesiones... pero todos y todas con un elemento común. En una época difícil y poniendo en peligro sus propias vidas y la de sus familias, no dudaron en poner a salvo a los judíos, víctimas entonces del genocidio a mano de la Alemania nazi de Hitler y sus colaboradores. 
Salvando niños, ocultando personas en sus propias casas, falsificando identidades y documentos, ayudándoles a huir... hubo personas que decidieron apostar por los derechos humanos y salvar la vida de otros seres humanos, sin recibir nada a cambio.
Esta es la historia de los Justos de las Naciones. 




Información de Yad Vadshem   I

Info II: quiénes son,  qué significa, criterios, y otras preguntas básicas.





Material de Mario Sinay, Eliana Rapp y Orly Michaeli



viernes, 6 de enero de 2017

José Alcubierre, el niño de Mauthausen

En noviembre, hablamos en este blog del fallecimiento de Marcos Ana, el preso político español que más tiempo ha estado encarcelado: 23 años estuvo preso por sus ideas políticas y por defender la democracia contra los golpistas de Franco.

Esta noche de Reyes ha muerto JOSÉ ALCUBIERRE.





Nació en Barcelona, en 1925.

En febrero de 1939, ante el ya imparable avance de las tropas franquistas, José y sus padres huyeron a Francia. Allí fueron recluidos primero en el campo de refugiados de La Combe Aux Loups y, finalmente, en Les Alliers, un recinto situado junto a la localidad de Angulema. Fue en este lugar donde les sorprendió la invasión alemana de Francia.

José y su padre, Miguel, fueron enviados al campo de Mauthausen, en Austria, en agosto de 1940. José tenía entonces 15 años. Allí les pusieron un brazalete azul, que significaba "apátrida", sin patria (los alemanes llamaron a España porque no sabían qué hacer con los deportados españoles y Franco les dijo "haced lo que queráis, no son españoles").
Su padre fue llevado a trabajar a la cantera de Gusen, donde fue asesinado.

Las tropas de EEUU liberaron Mauthausen un 5 de mayo de 1945. De las más de 100.000 personas exterminadas, cerca de 7.000 eran españolas.





"Estuvimos tres días viajando sin comer. Cuando llegamos nos tuvieron siete horas encerrados, nos bajaron y le dije al SS con los dedos que tenía 14 años. En realidad tenía 15, me quité uno, pero dio igual. Me empujó camino de la cuesta que llevaba al campo. Allí, lo primero era desnudarnos y, aunque era verano, después de la ducha fría estábamos helados. Luego nos rapaban el pelo de todo el cuerpo, incluidas las partes, y nos rociaban para desinfectarnos", recordaba él mismo en una entrevista.



En este vídeo, el periodista Gonzo, de El Intermedio, habló con José Alcubierre




LEER LA NOTICIA COMPLETA

José volvió a Angulema, en Francia, allí rehízo su vida, se casó y formó una gran familia. Durante siete décadas recibió diversos reconocimientos y reparaciones por parte de Francia y Alemania. El último de ellos fue, a la vez, el más importante: en marzo del 2016 fue declarado Caballero de la Legión de Honor francesa. Un título que recibió con una sensación agridulce, porque ponía aún más en evidencia el olvido al que le había sometido su patria. España le ignoró a él, a su padre y los más de 9.300 españoles y españolas deportados a los campos nazis. 

José Alcubierre, junto con otros compañeros como Francesc Boix (en la imagen, el que lleva la cámara), pudieron sacar negativos con fotografías hechas en el campo. En los momentos finales de la guerra, el joven Alcubierre participó en una operación secreta, liderada por el prisionero catalán Francesc Boix, para sacar del campo las fotografías que probaban los crímenes cometidos por los SS. Jesús Grau, Jacinto Cortés y José Alcubierre, tres deportados españoles, se jugaron la vida para poner a buen recaudo decenas de negativos y copias. Tras la guerra, esas fotografías serían exhibidas en Núremberg, durante el juicio a que fueron sometidos los principales dirigentes del III Reich. José es el que está al fondo, a la derecha).



(una de las fotografías de Francesc Boix)